Algunas estimaciones dicen que en el 2020 el valor de los datos de carácter personal de los ciudadanos europeos podría alcanzar el billón de euros al año.
Es un hecho, que a nivel europeo, los consumidores nos encontramos cada vez más preocupados con la privacidad. Por ello, proporcionar un nivel adecuado de protección de datos en las empresas y entidades públicas y privadas es sinónimo de crecimiento y confianza.
Las últimas y numerosas violaciones que se han producido respecto del derecho fundamental a la protección de datos, han empujado a los consumidores a escapar de proveedores de servicios que no protejan adecuadamente sus datos personales. Aquellas empresas de la UE que ofrezcan servicios más respetuosos con la intimidad y privacidad de sus clientes, pueden ser más atractivas para los consumidores y, por tanto, más competitivas. Así lo entiende la propia Comisión Europea (en adelante la CE) en una hoja informativa que vio la luz el pasado 15 de abril, donde pone los puntos sobre las íes acerca de la reforma de la protección de datos de la UE y lo que la nueva normativa significará para el Big Data (recordemos que nos encontramos en la recta final sobre las negociaciones de la reforma del Reglamento Europeo de Protección de Datos).
La misma CE pone ejemplos recientes que demuestran lo antedicho:
– Apple anunció recientemente una inversión de 1.700 millones de euros en nuevos centros de datos en Europa.
– Salesforce.com ha anunciado que ampliará su inversión en Europa con la apertura de tres nuevos centros de datos en el Reino Unido, Francia y Alemania.
– IBM y Amazon.com están abriendo nuevos centros de datos en Alemania para ofrecer mayor privacidad en sus servicios.
– Zettabox.com es un ejemplo de una solución de almacenamiento en la nube verdaderamente europea. Su lema es «Es mejor en Europa». Zettabox decidió basar sus operaciones en Europa en su totalidad a fin de proporcionar un servicio de nube de alta calidad, con el más alto nivel posible de protección de los datos personales.
¿Qué es el Big Data?
Según se define en la propia hoja informativa de la CE, el término «Big Data» se refiere una gran cantidad de diferentes tipos de datos recopilados de varios tipos de fuentes, tales como personas, máquinas o sensores. El Big Data puede afectar a datos personales: es decir, cualquier información relativa a un individuo, y puede ser un nombre, una foto, una dirección de correo electrónico, datos bancarios, mensajes en sitios web de redes sociales, información médica, o la dirección IP del ordenador. Asimismo, estos datos podrían referirse también a información sobre el clima, imágenes de satélite, fotos y videos digitales, datos de transición y registros o las señales GPS.
La CE nos dice en su nota informativa, que la reforma de la protección de datos de la UE promete ser una herramienta facilitadora para los servicios del Big Data en Europa, proporcionando un único, fuerte y amplio conjunto de normas de protección de datos de la UE que impulse el crecimiento y la innovación mediante la mejora de la seguridad jurídica y el fortalecimiento de la confianza de los consumidores.
Entre otras cosas, garantizará mayores derechos para los ciudadanos, incluyendo el derecho explícito a ser olvidado, un derecho a oponerse al tratamiento de la información, y el derecho a ser informado cuando se viola la seguridad de datos. La protección de datos personales es un derecho fundamental establecido en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, y las nuevas reglas tienen como objetivo ofrecer a los ciudadanos la protección que les corresponde.
Las empresas también se beneficiarán de la reforma de la protección de datos. El aumento de la confianza de los consumidores proporcionará más oportunidades de negocio y oportunidades para la innovación. Las empresas también tendrán un acceso más fácil a todo el mercado de la UE, pues las actuales 28 legislaciones nacionales serán sustituidas por un único marco legal simple y claro.
Las normas de protección de datos de la UE se aplicarán no sólo a las empresas europeas, sino también a las empresas extranjeras. Es decir, las mismas normas se aplicarán a todas las empresas que operan en la UE, independientemente de su origen.
Para la Comisión Europea esto es nivelar el campo de juego entre las empresas europeas y no europeas. Además, las start-ups de otras regiones del mundo tendrán que jugar con las mismas reglas que las start-ups de Europa.
En definitiva, se trata de alcanzar una competencia leal en un mundo globalizado, así como una garantía del derecho a la protección de los datos personales de los ciudadanos